martes, 1 de noviembre de 2011
Argentino "B": Union no pudo
Mano a mano, Iguales, sin vencedores ni vencidos. Un empate con mucho mejor sabor para Trinidad que jugó 72 minutos con uno menos por la temprana expulsión de Andrés Pastoriza.
Una igualdad que sonó a castigo para un Unión que nunca pudo encontrarle la vuelta al entusiasmo que le planteó el León. Así terminaron en Rawson en el comienzo de la segunda rueda del Argentino B en su Zona 7.
Con un 1-1 merecido por los dos protagonistas. Con justicia para ambos por lo que propusieron. Unión, jugando mucho más en el primer tiempo y Trinidad, arrancando y justificando su ventaja parcial en el comienzo del complemento.
No se pudieron ganar. Arrancaron con todo y la primera llegada clara fue propiedad de Trinidad, que a los 3’ con una aparición a fondo de Pablo Jofré quien remató y obligó al rebote de Serrano, que Luciano Rodríguez no pudo capitalizar. Unión, con el trío Pacheco y los dos Molina, manejaba mejor la pelota pero no tenía profunidad. Así se armó el partido hasta que a los 15’, Andrés Pastoriza se hizo expulsar tontamente, dejando al León en desventaja y contra un rival que le manejaba la pelota.
Ahí, creció Unión y a los 34’ tuvo la más clara de este primer tiempo cuando Ariel Sánchez quedó cara a cara con Ignacio Díaz pero no pudo con el arquero trinitense. En este trámite intenso, el León pudo haber sacado ventaja cuando Francisco quedó solito con Serrano pero le cabeceó a las manos. Y la última de este primer tiempo también fue de Trinidad a través de un tiro libre que Serrano sacó con mucho esfuerzo.
En el complemento y lejos de complicarse por tener un jugador menos, Trinidad supo copar el mediocampo. Reina y Muñoz controlaron la salida, le dieron claridad al juego del local y a los 7’ asistieron a Gigena para que Juan Sosa le cometiera penal. El cordobés lo cambió por gol y a los 8’, Trinidad era el dueño del partido, del trámite y del marcador porque jugaba mejor, era más profundo y Unión estaba desconcertado.
En ese trámite se fue diluyendo el clásico hasta que Humberto Gómez decidió mover el banco y darle algo más de compañía a Héctor Sosa en el ataque. Mandó a Walter Olivares y más tarde, le dio pista a Luis Sarmiento. Precisamente el Luchi, que apenas llevaba 5 minutos en la cancha, definió con enorme categoría para poner el 1-1 para Unión. Parecía que el Azul podía llevarselo con ese envión anímico pero se fue quedando sin ideas y entró en la zona de la impotencia. Trinidad, sabiendo que dar la ventaja de un hombre menos no es poca cosa, se refugió contra su arquero Díaz para tratar de asestar el golpe final que nunca llegaría.
Unión puso lo que le quedaba. Fue, buscó, intentó pero no tenía demasiados argumentos para cambiar una historia que nunca le fue cómoda. Aciar, faltando 2 minutos, se fue expulsado y lo que quedó de clásico fue para ratificar que en El Templo nadie mereció terminar en vencedor.
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